viernes, 7 de mayo de 2010

Biblioteca C&C (y1): "Victoriano Jiménez, el internacional", por Héctor Licudi

Abrimos una nueva sección en 'Caballos y Caballeros' rescatando artículos íntegros de otras publicaciones que, por su estilo y contenido, nos parecen merecedores de pasar a nuestro archivo del turf español. El primero de ellos es un perfil / entrevista del legendario jockey Victoriano Jiménez, publicado por el maestro Héctor Licudi en las páginas del magazine ByN en 1932. Es el primero, pero no será el último de uno de los periodistas que mejor han escrito sobre carreras en nuestro país (y no han sido ni pocos, ni mancos).

Licudi era gibraltareño, abogado por formación y periodista –"un caballero, un maestro, un predestinado", le definía otro grande, Don Nemesio Fernández Cuesta, en su necrológica– por formación.  También era escritor, y de hecho en 1929 publicó "Barbarita", un reflejo de la sociedad gibraltareña de la época. Tradujo a Oscar Wilde y Benito Mussolini, lo que da una idea de su amplitud de miras intelectuales… Antes de la guerra civil escribió crónicas hípicas para ABC y Blanco y Negro, y posteriormente a esta para el extinto diario YA, con el seudónimo de Lasarte. Cuando falleció, en 1960, era redactor jefe para nuestro país de la prestigiosa agencia Reuters.

Vaya nuestro reconocimiento hacia el trabajo de Licudi, uno de los grandes pioneros y maestros del periodismo hípico español. Aunque fuera habitual de muchos de nuestros hipódromos, algunos que casi nadie recuerda, como el de Campamento, en Cádiz, en la tribuna de preferencia de La Zarzuela, justo enfrente de la meta, siempre hay un huequecito que ocupa él. Cuando se retiren al acabar la carrera, tengan, por favor, cierto cuidado al caminar, no vayan ustedes a tropezar con él. Quizás esté pensando en su próxima columna y le distraigan…
- - - - - - - - - - - - - - - -

JIMÉNEZ, EL INTERNACIONAL 

"Para toda la afición hípica de España, la figura, fuerte y menuda como una fusta, de Victoriano Jiménez, es harto familiar. Para la señorita gentil e indiferente que va al hipódromo de la Castellana como a una fiesta más de su ambiente social, y para el señor profano que pasa el rato los domingos y los jueves jugando 'de capricho' al 'ganador y colocado', Jiménez es ese jockey bajito y serio que con frecuencia sale a la pista dentro de una blusa marrón con lunares blancos y que siempre gana con ATLÁNTIDA.

Jiménez gana siempre con ATLÁNTIDA, y el que mejor se beneficia de la invencible combinación entre jinete y yegua es ese gran 'sportman' –¡ojalá hubiese muchos como él!–, el Conde de la Cimera, cuyos caballos han ganado 'todo lo que se puede ganar' en las pistas españolas y han hecho provechosas escapadas a los hipódromos franceses.
Pero ATLÁNTIDA, como DUENDE -el caballo de la velocidad– ya no da dinero a los que apuestan por ella. ¡es siempre tan favorita…! Descontado su triunfo, muchos han seguido aspirando a lucrarse con un humilde dividendo de peseta por duro, pero en ocasiones recientes se ha devuelto el dinero a los que han apostado por ella como ganadora. Es más, apostando a ATLÁNTIDA, y ganando ATLÁNTIDA y todo, se puede hasta perder; conozco el caso de un amigo que apostó un duro por ATLÁNTIDA: ganó esta yegua, como es natural, y a mi amigo le devolvieron el duro, íntegro y limpio, sin el menor margen de beneficio. Quiso guardar el duro como recuerdo –¡hombre pudiente, sin duda!– y se lo puso en un bolsillo aparte. Pro al llegar a casa y sacar el duro notó que era sevillano. Pensó colarlo de nuevo en alguna taquilla del hipódromo al siguiente día de carreras. pero esos hombres que hay detrás de las taquillas de apuestas son de una meticulosidad ridícula, y cada vez que mi amigo presenta el duro y pide un boleto cualquiera le preguntan amablemente si no tiene otro duro. Mi amigo ha tratado de colar el duro en distintos sitios, pero todo el mundo asegura que esa moneda cecea… Total, que ha perdido el duro igual que si ATLÁNTIDA no hubiese ganado aquel día. Y no hay modo de salir de él. Todavía lo tiene.
---------------------------------
Es hora de que se le haga a Jiménez el consabido reportaje. Los diarios y revistas de Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Argentina… dedican de vez en cuando dos o tres columnas, anchas y largas, para hablarnos de sus jockeys célebres, informando a los aficionados sobre los datos más interesantes de su biografía; se citan sus triunfos, sus adversidades, sus anhelos… la biografía de uno de los jockeys españoles más famosos que han existido bien merece la atención de una revista española. Jiménez ha ganado el Gran Premio de Madrid, el Gran Premio de Biarritz, el Derby de Alejandría, el Gran Premio de Heliópolis, dos veces el Gran Premio de San Sebastián, tres veces la Copa del Rey Fuad de Egipto, el hándicap de La Tamise, de Maisons Lafitte…

Le hacemos, pues, la entrevista a este hombre pequeñito, que puede montar con cierta holgura hasta 48 kilos. Y se la hacemos a retazos, a saltos, en su casa, en el hipódromo, en un café, en otro café… Mientras se nos van ocurriendo cosas. Así, le hemos preguntado al salir del peso, al volver, mientras le ayudan a encaramarse sobre PAVOT ROUGE, sobre BEAU MONSIEUR… Hay algo de exhalación en este entrevista que rima muy bien con el ambiente vertiginoso de la profesión de nuestro hombre.

---------------------------------

Imagen facilitada por Maspalomas 

En casa de Jiménez, próxima al hipódromo. Los jockeys, como los croupiers, procuran vivir siempre cerca del paño. Una salita alegre. En un testero, un cuadro que reproduce la cabeza castaña y rizada de CAP POLONIO. Primeramente, preguntamos a Victoriano nuevos datos sobre su 'campaña de Egipto', para sumarlos a los que ya recordamos por revistas y periódicos hípicos del extranjero. Ojeamos muchas cosas, y nos extasiamos, como buenos aficionados, ante la estética de un artístico cuadro de triunfos, obra de un dibujante inglés, que reproduce en miniatura las chaquetillas de seda, con sus respectivos colores, de las principales cuadras de Egipto para las que Jiménez montó durante su estancia en las tierras de los faraones. Entre ellas figura la chaquetilla con los colores hípicos del rey Fuad de Egipto, con cuyo caballo, ROI DE L'AIR II, Victoriano ganó el Spring Handicap de Heliópolis de 1926. Por cierto, Por cierto que los colores del Rey Fuad son exactamente iguales a los del Rey Jorge de Inglaterra: morado, cordones oro, mangas grana, gorra negra, botón oro.
- ¿Has sido tú el único jockey español que ha montado para el Rey Fuad?
- No. Fernando García también ha montado para el Rey Fuad. Pero él y yo somos los únicos jockeys españoles que hemos montado caballos de la cuadra real egipcia. Por cierto que Fernando continúa allí, y lleva realizadas muy buenas campañas.

Optamos por escoger una relación de las principales pruebas ganadas por Jiménez en Egipto desde 1925 a 1929, ya que sería interminable la lista de todas las carreras ganadas, cuyo importe total es alrededor de las ¡125.000 libras esterlinas!

Debajo; El rey Fuad de Egipto

En 1925 ganó con la yegua ADUANE, del príncipe Omar Tusson, el Club Stakes y el Grand Annual Handicap de Alejandría. En Gezira, la Copa del Rey de Egipto, con FULL HOUSE, de Saleheff Bedauri. El Eclipse Stakes, también en Gezira, con MAHOUL, del Bey Elie Siersoch. El Sandown Handicap de Heliópolis, con NESTLING DOWN, del Amzir Bey Khayrat. El Teheran Handicap de Alejandría, con NARCISSE, de E. Pharaon –¡nombre más egipcio!–, y el Delta Handicap, también de Alejandría, con PRESTIGE, de A. Lauriados.
En 1926 ganó Jiménez el Spring Handicap de Heliópolis, con ROI DE L'AIR II, del Rey Fuad. El Omnium de Heliópolis, con RAJI, del Amzir Eff Osman. El Grand Annual handicap de Alejandría, con DABOUR, del Bey Abbas Abdul Gawad.
En 1927, año en que perdió de montar muchas carreras por hallarse postrado en cama algún tiempo a consecuencia de una caída, ganó entre otras pruebas la Copa del Rey de Egipto con DABOUR. En 1928 ganó el Derby de Alejandría, también con DABOUR, al que asimismo condujo al triunfo este mismo año en la Copa del Rey de Egipto y en la Aurie Cup, ambas corridas en Heliópolis. En Gezira ganó el Jubilee Stakes con DEHAM, propiedad del Bey Mirza Abdul Gawad.
 En 1929 ganó el Gran Premio de Heliópolis, también con DABOUR, y el Levant Stakes de Heliópolis, con LITTLE WONDER, de Hugues-Peel.

– ¡Envidiable campaña, Jiménez! Regresaste en 1929, ¿no?
– Si. Me vi precisado, por enfermedades de familia. Por cierto que mi regreso a España se señala por haber ganado por primera vez con ATLÁNTIDA, que entonces tenía tres años. Gané con ella el Gran Premio de Sevilla del otoño de aquel año. Cien mil pesetas, y también la Copa de la Reina, cincuenta mil pesetas. Pero yo siempre guardo muy amables recuerdos de Egipto
– No es para menos. ¿Qué caballo te impresionó más de los que montaste allí? 
DABOUR, desde luego. Conservo también especial recuerdo de GAFLAN, no porque yo ganase ninguna prueba importante, sino porque… verás. Fue en 1927. En Heliópolis residía –y creo que todavía reside allí– la estrella del cinema Pearl White. Perla Blanca. Yo la conocía. Media hora antes de una carrera en la que iba a correr GAFLAN me dijo que quería comprar un caballo que no tardase en ganar. Entonces yo le aconsejé que adquiriese a GAFLAN enseguida. En diez minutos se puso al habla con el propietario y se lo compró antes de la carrera, con matrícula y todo. Notificados los comisarios, se puso un aviso en la pizarra diciendo que GAFLAN corría a nombre de Miss Pearl White y que yo lo montaba. Gané. Perla Blanca vio satisfecho su capricho de comprar un caballo "que ganase enseguida". Unos días después, cuando el club le envió un cheque con el importe del premio, Pearl White lo endosó a mi nombre y me lo envió como regalo…
– No está mal. ¿Cuanto ha ganado ATLÁNTIDA desde que está corriendo?
– Unas setecientas mil pesetas; tal vez más. La quiero mucho. Con ella gané el Gran Premio de Madrid de 1931 y el Gran Premio de San Sebastián de 1930 y 1931. También el Gran Premio de Biarritz del año pasado. Cincuenta mil francos. Resultó una carrera muy bonita, porque hubo un final apretado. Aquella tarde estaba ATLÁNTIDA muy remolona y me costó algún trabajo convencerla de que había que ganar. Siempre conservaré también especial recuerdo de CAP POLONIO, nuestro gran potro del año pasado.
– Con el que ganaste todo lo ganable…
– Sí, y también el handicap de la Tamisse, en Maisons Lafitte, el otoño pasado. Sesenta mil francos. Batió a 38 caballos. Luego fui con él tercero en la Copa de Oro, corrida en el mismo hipódromo unos días después. También gané en Francia con MONTECASINO un premio de treinta mil francos.
- ¿Recuerdas alguna sorpresa grande que haya dado en las apuestas algún caballo montado por ti?
– Si. De dos, cuando menos. Cuando gané en Egipto la Copa del Rey, con DABOUR, en 1928. Pagaron 70 por 1. Otro buen golpe fue el que di con DEHAM, en el Jubilee Stakes de Gezira, aquel mismo año. Cuarenta y siete por uno. Pero yo no juego nunca…
- ¿No es cierto que nunca hay nada seguro en las carreras de caballos?
– Jamás. Yo solo estoy seguro de haber ganado cuando paso el poste de llegada. El mejor caballo le puede dar a uno desengaños inexplicables.
Victoriano Jiménez sobre IVIN HAJAMORAN, uno
de los caballos con los que ganó en Egipto (Zachary's)

– Tuviste un accidente muy grave en Egipto, ¿no?
– Si. En 1927. Montaba yo IVIN SARRAH, del príncipe Omar Tusson. En el momento de pedirle el esfuerzo a mi monta se me cruzó de fuera a dentro con toda violencia un caballo de los que no tenían nada que hacer en la carrera. Fue un cruce inexplicable, que mucha gente creyó premeditado– Mi monta galopó un momento sobre las patas traseras del que me cruzaba y, naturalmente, caí en plena velocidad. Salí con cuatro costillas fracturadas y una herida en el rostro. Cuatro meses en el hospital. Coincidió este accidente con el hecho de que mi caballo era gran favorito en aquella prueba.
– Entonces, los bookmakers habrían tenido una mala tarde si hubieras ganado.
– Si. Había uno, en particular, a quien le hubiera costado un dineral.

---------------------------------

– ¿Cuanto tiempo llevas montando?
– Unos veintidós años.
- ¿Recuerdas al primera carrera que ganaste en tu vida?
– ¡Claro…! Fue en Sanlucar de Barrameda, con una yegua que se llamaba PEPA, de Vázquez, un ganadero de Sevilla, donde me crié… Era yo un chico entonces…

---------------------------------

Conozco a Jiménez desde hace quince años. Le he visto correr en varios hipódromos y siempre me ha dado la sensación de se trata de uno de los jockeys que mejor defienden el dinero de los que apuestan por él. Si no puede ganar, procura estar lo más cerca posible de la meta, luchando por el colocado a brazo y pulmón. Estoy seguro de que esta impresión la comparten todos los aficionados madrileños. Este hombre inteligente, de morigeradas costumbres, que no fuma ni bebe, es un verdadero virtuoso del arte de montar un caballo de carreras.



Estampa: la figura pequeña y rígida, de Victoriano Jiménez y el blanco perfil de ATLÁNTIDA componen juntos la estatua del turf español.


Héctor Licudi

No hay comentarios:

Publicar un comentario